CABEZA SOBRE LA PUERTA DEL SOL
Toledo una ciudad fascinante, la puede visitar las veces que desee (en mi caso unas 20 veces) porque nunca se cansara ni terminara de conocerlay para poder verla de otra forma hay que conocer su historia y las leyendas que en ella se forjaron
aquí iré contando algunas, una mini guía para que cuando visitemos la ciudad aparte de ver sus edificios y monumentos podamos mirar un poco mas allá, esos pequeños detalles que normalmente pasan desapercibidos y están ahí por algo.
Comenzare contando una historia o leyenda ocurrida hacia el año 1218 o 19 y que se conoce como "la justicia del Rey Fernando"
Si nos fijamos en la puerta del sol, encima del arco hay una representación de dos mujeres que sostienen una bandeja sobre la cual hay una cabeza.
Por aquel entonces en la ciudad había un alcaide llamado Fernando Gonzalo al que el Rey había cedido este puesto por haber luchado a su servicio
un personaje corrupto que tenia atemorizada a la población
quien no podía pagar los altos impuestos lo pagaba con el látigo, aunque normalmente terminaba con una ejecución publica a manos de un verdugo en la plaza de Zocodover
muchas eran las mujeres a las que había deshonrado con la promesa de desposarlas
otras no tuvieron tanta suerte y fueron violadas por el alcaide
una vez desfloradas ya perdía el interés por la joven
y fueron varias las que se quitaron la vida al darse cuenta del engaño, mientras otras mantenían la esperanza de que cumpliese su promesa
y así paso un tiempo manteniendo a diario esta practica
hasta que un día llego el Rey Alfonso III (el Santo) de visita a la ciudad
el alcaide dispuso un buen recibimiento y en la plaza de Zocodover se instalo el trono donde se haría el Rey para atender las peticiones del pueblo
el día de la audiencia a pesar del descontento de los toledanos con el alcaide, nadie se atrevía a decir nada ya que no sabían la reacción que pudiese tener el Rey y las represalias serian terribles
se acababa la audiencia y nadie se había quejado de nada, el Rey estaba impresionado y el alcaide veía que todo terminaba según sus planes, sin que el Rey se enterase de sus fechorías
pero cuando Fernando III se estaba levantando del trono una dama con velo negro subió al tablado y solicito audiencia
cuando estuvo frente al Rey se descubrió y pidió justicia
al alcaide se le cayeron los cristos y comenzó a temblar ya que reconoció a la joven, la misma que el había mancillado tiempo atrás
la joven conto que al alcaide, hacia un tiempo su padre lo acogió en su casa ya que se encontraba herido tras una batalla y fue tratado como a uno de la familia
el se las arreglo para enamorarla y le pidió la mano a su padre, el que se la concedió y ella segura de su compromiso se entrego a el
ya pasado el plazo de la boda el prometido se desentendió, su apellido quedo mancillado y su padre acabo muriendo de pena
el Rey levantándose del trono dijo con ira, decid pronto el nombre de tan innoble caballero, faltar a su promesa con tal gentil doncella y ser tan desagradecido con una familia tan generosa es un agravio que no podemos tolerar a ninguno de nuestros caballeros
la muchacha dijo: es vuestro alcaide Fernando Gonzalo
el Rey al mirarlo y verlo completamente pálido se dio cuenta que era cierto y le dijo: Mal habéis procedido con esta dama y su familia, y es cosa que os recrimino severamente, cumpliréis vuestra promesa, esta es mi orden
en ese momento se escucho un llanto y una jovencísima voz entrecortada dijo: Majestad eso no es posible
el Rey pregunto el porque
y una joven, casi una niña, gritando dijo: El alcaide, un día que me dirigía por el camino hacia el mercado me pidió que le llevase una cesta de fruta a su casa y yo muy contenta de servirle a tal personaje fui en cuanto pude, el allí me obligo a entrar a su cuarto donde...
la chica se desmayo sin poder terminar su relato
al oír esto estalló la furia entre los asistentes que no pudieron seguir callando ante las injusticias del tirano
el Rey levantándose del trono se dirigió hacia el alcaide y le dijo con voz firme y autoritaria: Fernando Gonzalo, la vileza cometida por vos en tal gentil dama es grave falta, mas tenía reparación, pero la barbarie que habéis cometido en esta niña es un ultraje muy grave que no admite nuestro perdón
el alcaide viendo lo que se le venia encima, fue palideciendo por momentos y se tiro de rodillas a los pies del Rey suplicando perdón
este sin hacer caso a sus suplicas mando llamar de inmediato al verdugo, quien de un certero golpe de hacha lo decapito ante todos los asistentes en la plaza
y mando que colgasen la cabeza en entrada a la ciudad, en la puerta del sol, por la opresión y deshonra a la que había sometido a los toledanos
poco tiempo después y para que a los siguientes mandatarios no se les olvidase este hecho, se coloco en la citada puerta una representación de dos mujeres sosteniendo una bandeja en la que hay una cabeza cortada
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